¿Tu hijo tiene un amigo imaginario?
Y quieres saber... ¿A qué se debe? ¿es normal? y ¿cómo manejar la situación? descubrelo a continuación...
Para comenzar… ¿Qué es un amigo imaginario?
Un amigo imaginario es un personaje invisible, nombrado y referido en conversaciones con otras personas, con el cual el niño juega directamente por lo menos algunos meses; el cual tiene un aire de realidad para el niño, pero no tiene aparentemente ninguna base objetiva. Se puede afirmar que entre el 12% y el 33% de los niños normales entre los 2 años y medio y los 6 años los crean.
Sabemos que al ser padres de un niño con un amigo imaginario, pueden tender a cuestionarse muchas cosas, debido a que ciertos actos suelen confundirse con alucinaciones, pero ¿podría considerarse que los niños que tienen un amigo imaginario presentan distorsiones perceptuales o de confusión sobre lo real y lo irreal?
El hecho de establecer una relación con un personaje irreal, atribuirle emociones y una personalidad específica, son algunos de los componentes que harían posible comparar la creación de el amigo imaginario con eventos alucinatorios; sin embargo, una diferencia importante radica en la capacidad que tiene el niño de crear los amigos imaginarios, de darles la función que desea, siempre bajo su control. En este orden de ideas los amigos imaginarios de los niños no son síntomas de procesos anormales ni de distorsiones perceptivas, por el contrario, forman parte del desarrollo normal de la fantasía y la imaginación infantil. Los amigos imaginarios son creados y controlados por los niños y, a diferencia de las alucinaciones, no son intrusivos. Además, estos personajes suelen aparecer en una etapa de desarrollo que está marcada por la representación y el simbolismo que inicia a partir de los 2 años y finaliza hacia los 7 años.
¿Qué puede causar la creación de un amigo imaginario?
Este fenómeno se ha relacionado con variables propias del desarrollo, pero también, con habilidades especiales. Los niños que crean amigos imaginarios distan mucho de ser clasificados con algún trastorno mental, por el contrario, se ha demostrado que la existencia de amigos imaginarios en los niños puede relacionarse con características positivas más que con carencias afectivas o desórdenes cognitivos, incluso suelen presentarse para auxiliar a un niño a afrontar alguna situación.
Amigos imaginarios y su relación con la socialización y el pensamiento:
Estudios recientes han señalado una relación entre la existencia de amigos imaginarios y niños con niveles de inteligencia superiores al promedio, también han sido estudiadas las habilidades sociales de estos niños, las cuales parecen estar muy desarrolladas. Igualmente se ha podido determinar que estos niños son más capaces de establecer juegos, utilizar objetos animados en sus juegos y personificar a otros. Los niños que crean Amigos imaginarios, lejos de presentar problemas de personalidad o emocionales, son niños con características excepcionales. A diferencia de lo que se pensaba inicialmente, la existencia de amigos imaginarios no está relacionada con la compensación de la soledad, porque los niños con amigos imaginarios tienen habilidades sociales muy desarrolladas que les facilitan el establecimiento de relaciones con iguales.
Recomendaciones:
Debido a que el tener un amigo imaginario suele confundirse con un proceso de distorsión de la realidad, es importante que como padres se acerquen a sus hijos, no le remarquen a su hijo en primera instancia que el amigo o amigos de los que habla no son reales, por el contrario, síganle el juego, interésense en el tema y conozcan a los amigos de los cuales les habla, al conocer más sobre los amigos imaginarios de sus hijos podrán observar el control que tiene su hijo sobre él, o ellos, y si proyecta necesidades o deseos. En caso de ser intrusivos, atemorizantes y/o persecutores, se recomienda acudir con un especialista en salud mental infantil.
Bibliografía:
Benavides, J. (2007). La creación de amigos imaginarios en los niños: ¿un problema clínico? (tesis de maestría) Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia.